Francia se asoma de nuevo a la inestabilidad con una cuestión de confianza que amenaza con tumbar a Bayrou

La previsible dimisión del Gobierno francés tras la cuestión de confianza de este lunes sumirá a Francia en una nueva incertidumbre política. Este es el último episodio de inestabilidad iniciado con las legislativas de 2024, que resultaron en una Asamblea Nacional fragmentada sin mayoría clara. El primer ministro François Bayrou no tiene los votos para aprobar los presupuestos y todo indica que no obtendrá la confianza de los diputados, por lo que se verá obligado a dimitir. Corresponderá entonces al presidente Macron nombrar un sucesor.
Bayrou justifica su plan de austeridad alegando el peligro de la deuda pública, un discurso alarmista que muchos economistas consideran exagerado y perjudicial, ya que podría generar mayor inestabilidad. La actividad económica ya se ha visto muy afectada por la incertidumbre política, con un crecimiento estancado.
Aunque todas las fuerzas coinciden en la necesidad de abordar los problemas económicos, el plan de Bayrou fue rechazado. El Partido Socialista, crucial para su supervivencia, se niega a apoyarle por incumplir compromisos previos y ya ha presentado un plan presupuestario alternativo. Macron insiste en la unidad de su bloque centrista y en la necesidad de negociar con los socialistas, aunque un acuerdo es complicado por profundas diferencias en materia fiscal y por la reforma de pensiones.
Estos debates se desarrollarán con un fuerte malestar social de fondo. Los sindicatos han convocado una jornada de movilización contra las medidas el 18 de septiembre, y una semana antes comenzará un movimiento de protesta inspirado en los chalecos amarillos.